Había comentado antes que compraría cualquier libro cuya portada fuera de
color negro y lo mantengo, hay algo muy intenso que me atrae de los libros con
portadas negras, para mí es como si estuviese a punto de encontrar un pequeño recetario de pócimas mágicas, un
libro prohibido que mi mamá no me dejaría leer o, como pasó hace años, que una
amiga encontró de casualidad un pequeño libro negro, un poemario con una temática
súper oscura, la cosa es que el poemario estuvo un tiempo entre nosotros, lo
leíamos encerrados en el baño, a la luz de la velas, se suponía que fuera
inspirador, no sé, a mi me daba un poco de miedo back then, sobretodo una noche
que mi amiga decidió leer un verso antes de empezar a cenar,
No recuerdo bien qué frase leyó pero seguramente incluía las palabras Lucifer,
diablo e infierno, porque le encantan, bastó con una línea para que G se
enfureciera y tirara la comida sobre la mesa incluido el cubierto, desde ese
entonces no he tenido la más mínima duda sobre el poder de las palabras, el
poder de los libros oscuros ni el poder que tiene la literatura sobre nuestras
vidas. Por cierto el nombre de aquel poemario es Les fleurs du mal, la obra más
grande de Baudelaire.
Por supuesto que el libro de Tao tenía que ser de cubierta negra, la novela
de los 50.000$, el tercer libro del escritor joven que habla del internet como
un todo, porque si, el internet lo es todo. No estaba cautivada, estaba
obsesionada con conseguirla y lo hice, meses de súplica al universo dieron
resultado cuando de pronto un día estuvo ante mí, en físico, negro y brillante,
llamativo, desafiante.
Y aquí les va el primer giro de esta historia, al principio no pensé que
pudiera con él, era demasiado americano, eran demasiadas palabras sobre
palabras que, honestamente, me hicieron dudar de que pudiera vencer la barrera
del lenguaje, ¿de verdad estoy entendiendo este libro? Me pregunté al cabo de
unas semanas, me sentí mal, lo llevaba a todos lados, pero era incapaz de
abrirlo por vergüenza a mí misma, se supone que este joven retrata a la
perfección esta generación de la que me consideraba parte, pero quizás ni
siquiera estaba cerca de entender de qué se trataba todo.
Pero luego algo nos unió, fueron las excesivas cantidades de pastillas, los
viajes interminables de abducción completa a tus propios pensamientos, fue la
soledad voluntaria, fueron las largas horas pensando y cuestionando la
existencia de todo en la vida, fueron los viajes improvisados a las casas de
seudo amigos que no sabes con certeza cómo terminaran, pero lo más seguro es
que alguien termine peleando o haciendo algo verdaderamente vergonzoso y te
preguntas, ¿qué estás haciendo ahí realmente? Pero sabes que después de eso vas
a pasar meses encerrado en tu cuarto, frente a la computadora así que qué más
da, de pronto Paul dejó de ser un extraño y se convirtió en alguien que creía
conocer muy bien y con quien tuve una relación muy parecida a la que Paul tuvo
con su novia Erin. (Si me consiguen por la calle, pregúntenme sobre esto)
Fue un largo, complicado, pero entretenido viaje que nunca olvidaré, si me
preguntan, si, es completamente la novela de los 50.000$ y una
interesante travesía que los llevará de NY a Taiwan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario