lunes, 9 de febrero de 2015

Tai Pei by Tao Lin. (De lo que leí en el 2014)


Había comentado antes que compraría cualquier libro cuya portada fuera de color negro y lo mantengo, hay algo muy intenso que me atrae de los libros con portadas negras, para mí es como si estuviese a punto de encontrar  un pequeño recetario de pócimas mágicas, un libro prohibido que mi mamá no me dejaría leer o, como pasó hace años, que una amiga encontró de casualidad un pequeño libro negro, un poemario con una temática súper oscura, la cosa es que el poemario estuvo un tiempo entre nosotros, lo leíamos encerrados en el baño, a la luz de la velas, se suponía que fuera inspirador, no sé, a mi me daba un poco de miedo back then, sobretodo una noche que mi amiga decidió leer un verso antes de empezar a cenar,  

No recuerdo bien qué frase leyó pero seguramente incluía las palabras Lucifer, diablo e infierno, porque le encantan, bastó con una línea para que G se enfureciera y tirara la comida sobre la mesa incluido el cubierto, desde ese entonces no he tenido la más mínima duda sobre el poder de las palabras, el poder de los libros oscuros ni el poder que tiene la literatura sobre nuestras vidas. Por cierto el nombre de aquel poemario es Les fleurs du mal, la obra más grande de Baudelaire.

Por supuesto que el libro de Tao tenía que ser de cubierta negra, la novela de los 50.000$, el tercer libro del escritor joven que habla del internet como un todo, porque si, el internet lo es todo. No estaba cautivada, estaba obsesionada con conseguirla y lo hice, meses de súplica al universo dieron resultado cuando de pronto un día estuvo ante mí, en físico, negro y brillante, llamativo, desafiante.

Y aquí les va el primer giro de esta historia, al principio no pensé que pudiera con él, era demasiado americano, eran demasiadas palabras sobre palabras que, honestamente, me hicieron dudar de que pudiera vencer la barrera del lenguaje, ¿de verdad estoy entendiendo este libro? Me pregunté al cabo de unas semanas, me sentí mal, lo llevaba a todos lados, pero era incapaz de abrirlo por vergüenza a mí misma, se supone que este joven retrata a la perfección esta generación de la que me consideraba parte, pero quizás ni siquiera estaba cerca de entender de qué se trataba todo.

Pero luego algo nos unió, fueron las excesivas cantidades de pastillas, los viajes interminables de abducción completa a tus propios pensamientos, fue la soledad voluntaria, fueron las largas horas pensando y cuestionando la existencia de todo en la vida, fueron los viajes improvisados a las casas de seudo amigos que no sabes con certeza cómo terminaran, pero lo más seguro es que alguien termine peleando o haciendo algo verdaderamente vergonzoso y te preguntas, ¿qué estás haciendo ahí realmente? Pero sabes que después de eso vas a pasar meses encerrado en tu cuarto, frente a la computadora así que qué más da, de pronto Paul dejó de ser un extraño y se convirtió en alguien que creía conocer muy bien y con quien tuve una relación muy parecida a la que Paul tuvo con su novia Erin. (Si me consiguen por la calle, pregúntenme sobre esto)


Fue un largo, complicado, pero entretenido viaje que nunca olvidaré, si me preguntan, si, es completamente la novela de los 50.000$   y una interesante travesía que los llevará de NY a Taiwan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario