lunes, 1 de junio de 2020

My last year in Punto Fijo (1era Parte)

Aun nos veo, cruzando el agujero de la cerca entretejida a las 7:00 pm, con casi nada de luz de fondo y la luz anaranjada del poste alumbrando el auto, siempre de tres a diez personas cruzando la brecha entre las ramas y el asfalto, como personajes que componen una fotografia de Ryan Maginnley.

Dejar Punto Fijo, exactamente en el punto en el que estabamos, ha sido una de las separaciones mas fuertes que haya tenido que hacer jamas y no ha sido hasta ahora, que he podido reunir las palabras para contarlo, desde el tormentoso reinicio de mi estadia en casa, hasta el dia en el que nos separamos.

Todo comienza conmigo en la cima de un lugar, cuatro trabajos simultaneos, el culminio de mis veintes y un estado fisico que no habia conseguido antes, mentiria si les dijera que en ese momento no me sentia poderosa, porque lo hice, en varias ocasiones, I was beyond recognition, sliding on wedges, putting on seemingly short skirts, writing copy all day and all night just to watch my account rise at the end of the month, estaba siendo lo que se suponia que queria hacer y me estaban pagando por ello. Recuerdo, sobre todo, tener el poder de determinar a donde ir, que hacer y cuando hacerlo incluso cuando no tenia idea de que era lo que necesitaba en ese momento.

Hasta que de pronto, la fuerza que solia contenerlo todo junto y funcionando comenzo a debilitarse. Fue dificil encontrar la concentracion que necesitaba para mantener el ritmo a la vez que mi ansiedad crecia, en ese momento, comence a sentir como mi poder disminuia mientras estaba siendo depredada.

Mientras que la oficina era un gran refugio, llegar a casa significaba asegurarme de cerrar con llave la puerta de la habitacion, tener todo dentro del cuarto para no volver a salir al otro dia, y tener algo que pudiera utilizar para defenderme en caso de que llegara a ser necesario, nunca lo fue, al menos no antes de que pudiera hacer algo al respecto.

Esos ultimos meses en Maracaibo me ensenaron muchas cosas, la primera, que los lugares pueden devorarte si se los permites, lo segundo, que los hombres haran y diran lo que sea para hacerte sentir que no vales nada y lo ultimo, que las mujeres se haran un lado y dejaran que te pasen cosas horribles, mientras no les pase a ellas.

De alguna forma, desde que era muy nina, siempre tuve la sensacion de que Maracaibo era un lugar en el que no debia estar, nunca se lo dije a nadie y nunca deje que eso me impidiera de lograr las cosas que queria hacer, aunque realmente luche en contra de ese sentimiento hasta el dia que me fui.

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