Farmatodo fue mi templo hasta hace poco
Down to farmatodo: en busca de respuestas
Soy una atea común y corriente, ni discuto ni improviso
sermones, pero me pasa que la espiritualidad se me da en ocasiones muy raras
y de formas muy raras también
Y debe ser porque cada vez que voy a la iglesia e intento
concentrarme todo lo que consigo es pensar en los terribles castigos que me
esperan al moriir. Por lo general va así: llamas, calor, color rojo,
látigos. látigos, color rojo, lencería roja, gente en ropa interior, ya para
cuando quiero volver a la línea de la lógica, es demasiado tarde y el tiempo en
la iglesia caducó con un "pueden ir en paz"
En un mundo que encuentro escaso de templos para personas
como yo, me pasa que me encuentro conmigo misma en los lugares menos pensados,
en un testimonio del capitalismo moderno donde podemos encontrar doritos y
medicinas en un solo lugar, causa, consecuencia y solución, qué más se le puede
pedir a la vida.
No hay más farmatodos que iglesias en Venezuela y es una lástima
porque de haber uno en la esquina de mi casa (en el lugar donde está la
iglesia) iría como fiel todos los domingos a buscar respuestas.
Entrando (sin ritual)
No me hago cruces, ni hago reverencias, me limito a ver qué
nuevo stand consigo levantado, antes había uno muy iluminado con sets de
maquillaje, pero ahora lo remplaza uno de fideos de piscina bajo una luz
fluorescente muy triste.
Afuera lo malo
Pasillo de higiene personal
Tal vez sea solo producto de la acumulación de resacas de un fin
de semana muy largo, otras veces es la sobreexposición a este clima tropical,
sentirse sucio es algo tanto físico como mental. Ahí estoy en pleno pasillo
viendo exfoliantes con olor a fruta divina, pensando que no quiero ser una persona
sucia, quiero ser una persona pulcra, me viene como anillo al dedo, quiero
borrar los rastros de comida chatarra, quiero afuera toda la suciedad,
incluidos los actos inmorales que cometí durante el fin de semana y aunque esté
consciente de que por dentro el jabón no tendrá ningún efecto, al menos una
parte de mí se sentirá liberada de toda la inmundicia.
No caer de nuevo en la tentación,
Pasillo 3. sección masculina
Libero una batalla en mi mente y enseguida empiezo otra,
ya en el carro llevo todo lo que necesito pero necesito algo más que
no se encuentra en ningún otro lugar que no sea el pasillo de los hombres,
respiro profundo y un intenso olor a hombre me invade la nariz, una larga fila
de productos para machos de verdad sin olor a flores ni a frutas, no, sólo
desodorantes, colonias, litros y litros de testosterona enfrascados y apilados
en recipientes (en su mayoría metálicos) con nombres STRONG, POWER, STORM,
relajados que ya sabemos que son productos para ellos, pienso que si el
infierno existe (por lo menos para las lesbianas, sería algo muy parecido a la
sección de hombres de farmatodo, salgo de mi trance por unos segundos y voy
directo a lo que busco, estiro la mano en slow motion para alcanzar una caja de
condones y enseguida siento la risa burlona de los dolientes y me pregunto, qué
tendrá de gracioso el hecho de que una mujer a sus veinte quiera vivir su
sexualidad, libremente y expresar que sobre todas las incomodidades del mundo.
prefiero que me vean comprando condones que salir embarazada y tener uno de sus
slow minded children.
Pasillo 1 Redención por
precavida
Termino mi mini cruzada y me doy cuenta de que me importa más el
feminismo que cualquier otra cosa que me hayan enseñado en el colegio o la
universidad, atravieso mi templo con la cabeza en alto voy en búsqueda de mi
merecida redención y llego a la parte
responsable del último ritual, la de belleza e independientemente de que me
vayan a criticar, lo cual me halagaría a horrores porque significaría que
alguien se tomó la molestia de leer esto, yo si considero que el maquillaje es
un placer, está ahí y a nadie le hace daño, sólo a esas feministas radicales
que piensan que el maquillaje es para los hombres y los cuando los hombres no
diferencian entre un delineador y un lápiz de ceja, maquillarse es divertido,
ya está, más allá de la vanidad es un catalizador de la autoestima.
Salgo de Farmatodo con una bolsita que bien podría decir que soy
una tonta vacía, o una puta bien aseada, pero no dice nada, yo no dejo que diga
nada y quizás esa sea la clave de todo, sean productos o las palabras de un
pastor, nada tiene que ser literal en tu vida al menos que así lo desees.
Vacía, aseada, consumista, sensible.
ResponderEliminarFarmatodo era lo que más llenaba las expectativas de muchas en esta ciudad, fui hace 3 días a uno y salí como triste porque no habían las cosas que esperaba ver y que siempre veía. Debe tener algo que ver que al frente hay un Enne.
Me encantó :)
si eres bella Waleska! Es eso, es que farmatodo era una oda a lo único que quiere nuestra generación, comprar cosas, muchas cosas
EliminarQue buen post ale! : )
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