domingo, 19 de julio de 2015

El sexo que nos prometieron


Pienso en el primer hombre y la primera mujer, en su primera vida como hombre y mujer, en cómo crecieron y se volvieron adultos y de pronto descubrieron que tener sexo por placer era una opción, lo disfrutarían?  Pienso en esto porque me los imagino adaptándose al mundo, caminando erguidos, conviviendo juntos, siendo compañeros,  compartiendo el fuego, la comida y luego vino el sexo. Cuánto tiempo pudo haber pasado antes de que lo hicieran por primera vez,  qué sucedió después del primer coito, lo harían de pie? Se quedarían viendo sus ojitos abrillantados, quién acabaría primero?

Cuando pienso en sexo pienso en un millón de cosas, un millón de cosas que no siempre pasan, los deditos de los pies estirándose, la apertura exacta de la mandíbula, la falta de aire. Seguramente los primeros humanos no tuvieron chance de pensar en todo lo que yo pienso ahora y quizás por eso, tuvieron éxito poblando al mundo, aún así creo que algún estado de consciencia debieron tener de pasar a ser solo co-habitantes a ser cónyuges, alguna reacción, alguna rareza, algún despertar, algo.

Y aquí estoy yo, descendiente viva de millones de años de evolución de esta especie, sin idea alguna de por qué concebimos el sexo de la manera que lo concebimos, esto es por supuesto, una opinión personal y no todo de lo que lean aquí tiene que identificarlos, piensen un momento en el mejor sexo que hayan tenido sin estar enamorados, bien, quédense ahí por un segundo y ahora, piensen de nuevo en ese momento como si se estuvieran viendo en una pantalla gigante con cientos de desconocidos viendo con ustedes, les parece que se desempeñaron perfectamente? Le cambiarían algo? Qué hay del after-sex?

Aunque muchos les cambiarían algún detalle, muy pocos estarían dispuestos a decir que si le cambiarían algo, nos enorgullecen nuestras vidas sexuales, admitir lo contrario sería admitir que fracasamos como humanos y pondría en riesgo cualquier posible oportunidad de sexo que tengamos en espera, vivimos en una sociedad donde nadie quiere ser un mal polvo y nadie quiere ser visto como romántico, como conservador y vamos buscando experiencias que sólo hacen que el sexo se vuelva más sucio, más raro, más violento, más presión en toneladas esperándonos a la vuelta de la esquina, no sólo nos toca ser “atractivos”, también debemos ser unas máquinas de placer sexual y tener un record de encuentros sexuales que no baje de…

Cuando perdí la virginidad pensé, ya fue, ahora podré tener sexo regularmente cuando quiera, donde quiera, con quien quiera. Cuando  eres virgen y quieres tener sexo, pero no tienes pareja es como si estuvieras encerrada en una caja esperando a que alguien con una de las tantas copias existentes en el mundo se digne a abrirla, es una locura, pero es la realidad. Es cierto eso de que nunca se te olvida tu primera vez, recuerdo especialmente cuando antes de hacerlo el tipo me dijo “eres besable, pero no cogible”, qué demonios? Eso no tiene ningún sentido, lógicamente tenía que hacerle tragar sus palabras y lo hice FTW y es a este tipo de cosas a las que me refiero cuando digo, por qué vemos el sexo de la manera que lo vemos? o mejor, por qué hablamos del sexo de la manera en la que hablamos? 

Continuando con la cronología, después de la primera vez estuve lista para ser una mujer liberal, preservativos siempre en la cartera, ropa interior sexy los fines de semana y simplemente no se dio, yo que estaba dispuesta a ser Nancy Reagan saben promiscua, pero suficientemente discreta como para que no afectara mis relaciones futuras y terminé siendo todo lo contrario, el sueño de todas las madres católicas del mundo. Recuerdo un juego de “yo nunca, nunca” en el que alguien dijo “yo nunca he pasado más de 6 meses sin tener sexo” y tuve beber porque alguien más dijo que pasar de 6 meses sin tener sexo era un suicidio y yo no quería ser la única en desgracia, en una sala llena de gente que obviamente no tenía ningún problema para tener sexo regularmente.



Confieso, que pasé mucho tiempo acomplejada por el hecho de no tener sexo con frecuencia y pasé mucho más idealizando una especie de sexo que no era real o al menos, no era lo mío, me gusta la incomodidad del sexo, me gusta hablar sucio y hacer sexting, siento que los orgasmos son más satisfactorios que cualquier otra cosa en el mundo, pero eso no quiere decir que mi vida se basa en estas cosas, o que mi trabajo se base en sólo ser una escritora cachonda, porque al final, soy todo menos eso, quiero ser una escritora que sólo tenga que preocuparse porque sus textos sean tan buenos como los de cualquiera, hombre o mujer y no por si son lo suficientemente sexys, porque la vida es más que perseguir ser una suicide girl, que tirar con tipos guapos que no pueden mantener una conversación contigo, que ponerse lencería bonita y tomarte fotos comiendo pizza, porque a todo el mundo le gusta la pizza y si al final coger se trata de sólo eso, pues, prefiero no coger, no se, me importa mucho que haya contenido en las cosas.

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