Como yo sufro de
miedo escénico y me preparé a última hora para la conferencia/conversatorio/lectura,
me atacaron los nervios horas antes de empezar, nervios de decepcionar a la
mamá de Daniela que tuvo la gentileza de invitarme a dirigir la actividad,
nervios, de que los #youngerthanrihanna me cayeran a piña, se aburrieran a muerte y se
fueran, nervios, de no estar diciendo nada nuevo para ellos, voy pensando que
éstos son el tipo de chicos que seguro no le tiene miedo a las consecuencias de
humillar a una oradora en público, que seguro comen y respiran contenido 2.0,
voy también pensando que no se casi nada sobre ellos, salvo por lo que he leído
en internet, salvo por lo que he visto en mi hermano menor, cuya vida es un
misterio, pero que ha dejado claro que me odia un poco.
Llego al colegio
(lugar de la conferencia) y la sensación de nostalgia se apodera de mí de
inmediato, voy repasando en mi cabeza lo que diré mientras la mamá de Daniela nos
muestra la biblioteca linda que ya casi nadie usa por el cambio de horario, que está llena de
libros nuevos que huelen a nuevo y que
tienen ese plastiquito que me muero por romper, pero perdí la oportunidad, por
miedosa obvio.
Tengo proyector
de diapositivas y una presentación en power point que es la simulación de un
moleskine, sueño con poder tener un moleskine en mis manos, pero ahorita no va
a pasar. Ya es momento, empiezo a hablar y a ponerme roja, respira un poco, me
digo a mí misma, les leo un poco de Ginsberg, de David Foster Wallace, espero
estar haciéndolo bien, les hablo de todo, de los meses que estuve encerrada
leyendo a la alt lit, de cómo los descubrí, de cómo me obsesioné con Luna, con
Gabby, con Tao, con Vanity Dust, de lo feliz que me siento de poder recomendarles a
Vanessa, a María, a Jesús y a su hermoso blog, les hablo de las revistas, de Playground
de Dazed, de ficción rara, los veo tomando nota y me emociono más y al final
final les hablo de mí, de mi post lit, de que sin Jose no habría escrito ni
media palabra, de que me quiero dedicar a esto por el resto de mi vida. Todo
resultó de maravilla, los chicos, sus profesores, los pasillos a los que nunca
imaginé volver.
Salud!
¡Gracias! Qué inesperado elogio. Espero que algún día podamos trabajar en algo juntas. Un beso, seguí escribiendo.
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